El aprendizaje no es trivial, es un proceso complejo que involucra diversos factores, en donde el estudiante debe incorporar a su acervo personal nuevos contenidos, comprender niveles de complejidad cognitiva, transformar procesos metales, relacionar conocimientos previos con los nuevos a fin de aplicarlos a su contexto.
Los docentes deben considerar que los estudiantes aprenden de diferentes maneras y a ritmos diversos, es decir siempre tenemos grupos heterogéneos, por lo que debemos de medir el conocimiento de cada estudiante, de acuerdo a los niveles cognitivos de cada uno de ellos. A partir de estos conocimientos del alumno, adecuar y/o preparar las actividades académicas dentro del aula.
Es importante destacar que el conocimiento no puede ser medido y observado con base en cuestionamientos de algunos contenidos teóricos, actualmente el conocimiento no consiste en la mera trasmisión de conocimientos y repetición de los mismos, sino en el desarrollo de competencias, en donde el alumno es capaz de relacionar los conocimientos teóricos, habilidades, actitudes y valores a un contexto determinado.
Los docentes debemos tener claro que un examen teórico no es el único elemento que permite medir o evaluar el conocimiento, debemos voltear la mirada a la construcción de conocimientos, de acuerdo a las vivencias y al contexto de cada alumno.
Quizás el error de algunos docentes de Educación Media Superior es la idea de evaluar sólo mediante el examen teórico, cuando sabemos que actualmente la evaluación de los aprendizajes debe ser de manera integral y continua. El aprendizaje del alumno debe ser basado en competencias que le permita tener la capacidad para incorporarse al mercado laboral o para continuar con sus estudios profesionales.